Declaración de la Asamblea de trabajadorxs autoconvocadxs del Palais de Glace, Museo Nacional de Arte Oriental y Centro Cultural Borges

Hace casi un año, más precisamente el 2 de noviembre de 2022, por medio de la Decisión Administrativa 1086/2022, el Estado autorizó a designar “personal en la planta permanente en las distintas Jurisdicciones y Entidades de la Administración Pública Nacional”. Así, a lo largo de 2023, distintos Ministerios y Secretarías convocaron a concursos profesionales para regularizar el empleo público. Sin embargo, el Ministerio de Cultura no implementó los concursos para que centenares de trabajadorxs asalariadxs puedan acceder a la “estabilidad del empleado público” que establece la Constitución en su artículo 14 bis. De esta manera, el Ministerio de Cultura eligió seguir renovando contratos que aseguran la precariedad laboral. En concreto, el ministro Tristán Bauer no llamó a cubrir 437 cargos vacantes en planta permanente, de los cuales 350 corresponden a la “Administración Central” a la que pertenecen las instituciones Palais de Glace, Museo Nacional de Arte Oriental y Centro Cultural Borges. Remarcamos: Bauer tenía luz verde para convocar a concursos con el fin de que 437 trabajadorxs accedieran a la estabilidad laboral. Era una oportunidad excepcional para que trabajadorxs que hace años renuevan continuamente sus contratos como asalariadxs pasen a planta permanente. Más aún, entre los puestos vacantes en planta permanente, la mayoría corresponde a cargos para profesionales con título universitario: en el Ministerio de Cultura hace más de 15 años que no se hacen convocatorias para concursar en dichas categorías laborales, es decir, varixs de nuestrxs compañerxs renuevan sus contratos desde hace 14, 12, 10 años, etc. sometiéndose a sufrir una vez al año la incertidumbre de si se quedarán sin trabajo, ya que el Estado empleador tiene la potestad de despedir —sin pagar indemnización y sin mediar aviso— a trabajadorxs que no tienen estabilidad en el empleo. Bauer eligió seguir precarizando las condiciones laborales de casi 450 empleadxs públicxs.

Además, hay centenares de trabajadorxs que facturan mes a mes. Son trabajadorxs en relación de dependencia, ya que hacen tareas habituales y permanentes, pero la Patronal no lxs reconoce como asalariadxs. De esta manera, el Estado empleador, que supuestamente por medio del Ministerio de Trabajo vela para que no se cometa fraude laboral y se garantice el acceso al empleo digno, es un cínico precarizador. En el Ministerio de Cultura (y por tanto en el Palais de Glace, el Museo Nacional de Arte Oriental y en el Centro Cultural Borges) son centenares lxs trabajadorxs que son obligadxs a facturar (y de un día para el otro pueden quedarse sin trabajo, ya que sus contratos se renuevan según el capricho del Estado empleador). Aquí también la Patronal de Estado muestra su faz precarizadora.

Queda claro que el Estado asegura a una minoría de laburantes la “estabilidad laboral” mientras precariza a la mayoría de trabajadorxs estatales (unxs empleadxs como asalariadxs, otrxs contratadxs como monotributistas, todxs sin estabilidad laboral). Recordemos que la Constitución Nacional, en el artículo 14 bis, asegura que el “trabajador” tendrá “igual remuneración por igual tarea”. El mismo artículo asegura la “estabilidad del empleado público”. En el Estado nacional, quienes realizan “igual tarea” no tienen “igual remuneración”, y esto es debido sobre todo a que hay desiguales modalidades de contratación: salvo lxs trabajadorxs de planta permanente, el resto de lxs laburantes no tiene estabilidad en el empleo público. Consecuentemente, una vez más exigimos que se cumpla el mandato constitucional: basta de precarización laboral, todxs lxs trabajadorxs estatales debemos estar en planta permanente.

Al mismo tiempo, la depreciación de los ingresos de lxs trabajadores es constante: la inflación anual acumulada a septiembre de 2023 es del 103,2%, el salario real de lxs laburantes registradxs durante los cuatro años del gobierno Fernández-Fernández es aun más bajo que en el último año del gobierno de Macri (el salario bruto actual está por debajo de su valor del año 2015 y está por debajo de los salarios de la década de 1990). La escalada inflacionaria, junto a las devaluaciones periódicas, devastan nuestros ingresos: las actualizaciones salariales quedan muy por detrás de los aumentos de precios de productos de la canasta básica de alimentos. Para quienes debemos facturar como monotributistas la situación es peor, ya que nuestros ingresos se establecen por fuera de los convenios colectivos de trabajo: la Patronal de Estado decide cuándo se actualizan los ingresos y por cuánto…

Para que ningún laburante siga (o pueda caer) en la pobreza, a octubre de 2023 exigimos un salario mínimo vital y móvil de $450.000. Este es el monto de base que debe cobrar cualquier/a/x trabajador/a/x que realiza tareas habituales y permanentes más allá de la modalidad de contratación (monotributista, asalariado/a/x con o sin estabilidad laboral, etc.). Esta cifra surge de la ponderación realizada por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, que en el informe publicado en septiembre afirmó que un hogar compuesto por una pareja de 35 años, ambas personas económicamente activas y propietarias de la vivienda que habitan junto con sus dos hijos de 9 y 6 años, en agosto de 2023 necesitó un ingreso mínimo de $435.394,91 para no ser pobre ni ser vulnerable a la pobreza en CABA y alrededores[1]. Recordamos que el salario mínimo vital y móvil debe asegurar alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión no sólo de lxs trabajadorxs sino de las personas que están a su cargo. El salario mínimo vital y móvil de $450.000 debe ser actualizado mensualmente de acuerdo al ritmo de la inflación.

Conscientes de que para lograr dicho salario mínimo vital y móvil es necesaria la intervención de numerosos actores sociales, hacemos el pedido en casa, sin mediaciones, para su concreción inmediata: exigimos al Ministerio de Cultura que abone mensualmente $150.000 de compensación no remunerativa a todxs lxs trabajadorxs del ministerio. Como la misma palabra indica, la compensación repara un desequilibrio económico: el Ministerio de Cultura reconoce esta situación al pagar por su cuenta dicha “compensación no remunerativa”. Sin embargo, el Ministerio de Cultura cree que con $1.000 tal desequilibrio económico es compensado. Decimos esto porque desde 2008 lxs trabajadorxs asalariadxs (sin o con estabilidad laboral) cobran la misma invariable cifra… ¡$1.000! El monto ($150.000) surge de ponderar, grosso modo, la inflación acumulada desde enero de 2008 hasta agosto de 2023. Los $150.000 debemos cobrarlo (y la cifra debe ser actualizada mensual y automáticamente según el índice de inflación) TODXS lxs trabajadorxs del Ministerio de Cultura que realizamos tareas habituales y permanentes, es decir: tanto monotributistas (con contratos de locación de obra ‒CLO‒ o de locación de obra y servicios ‒LOyS‒) como asalariadxs (contratadxs bajo la figura «Artículo 9» de la ley marco de regulación de empleo público nacional, de planta permanente, etc.).

Exigimos:

¡$150.000 de compensación no remunerativa YA!

¡Salario mínimo vital y móvil de $450.000!

¡Pase a Planta Permanente!

Asamblea de trabajadorxs autoconvocadxs del Palais de Glace, Museo Nacional de Arte Oriental y Centro Cultural Borges reunida en Buenos Aires el 5 de octubre de 2023.


[1] Esta declaración es redactada el 18/10/2023: a septiembre de 2023, el monto asciende a $491.217,43 según el informe “Líneas de pobreza y Canastas de consumo para la Ciudad de Buenos Aires. Septiembre de 2023” de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires publicado el 10/10/2023.

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